
Introducción
Si alguna vez has ido a pescar, habrás notado que los peces no babean a pesar de morder el anzuelo o de estar en el aire. ¿Por qué será?
¿Qué son las glándulas salivales?
Las glándulas salivales son órganos que se encuentran en la cavidad bucal de la mayoría de los mamíferos, incluidos los humanos. Estas glándulas producen saliva.
¿Qué hace la saliva?
La saliva tiene varias funciones, entre ellas:
- Ayuda en la digestión: la saliva contiene enzimas que descomponen los alimentos.
- Protege los dientes: la saliva neutraliza los ácidos que pueden producir caries dental.
- Sirve como lubricante: la saliva ayuda a tragar los alimentos de manera más fácil.
¿Por qué los peces no tienen glándulas salivales?
Los peces no tienen glándulas salivales porque no necesitan producir saliva para realizar ninguna de las funciones que esta realiza en los mamíferos.
En primer lugar, la mayoría de los peces tienen un sistema digestivo muy diferente al de los mamíferos. Los mamíferos tienen un estómago que sirve para descomponer la comida, mientras que los peces tienen una serie de estructuras en su tracto digestivo que realizan esta función. Por lo tanto, no necesitan enzimas en la saliva para descomponer los alimentos.
En segundo lugar, los peces no tienen dientes que necesiten protección contra los ácidos de la boca, por lo que no necesitan una sustancia que los proteja.
Por último, los peces no tragan los alimentos de la misma manera que los mamíferos. Algunos peces pueden tragar todo un alimento de un solo golpe, mientras que otros mastican un poco antes de tragar. En general, la forma de tragar de los peces no depende de la cantidad de saliva que produzcan.
Conclusión
En resumen, los peces no tienen glándulas salivales porque no necesitan producir saliva para realizar las funciones que cumple en los mamíferos. El sistema digestivo de los peces es muy diferente al de los mamíferos, por lo que no necesitan enzimas en la saliva, protección contra los ácidos de la boca ni una sustancia que los ayude a tragar los alimentos. Esta es una de las muchas adaptaciones que ha desarrollado la fauna acuática a lo largo de la evolución.